Este 21 de octubre se cumplen siete años de la histórica consulta popular en la que miles de fusagasugueños salieron a votar para proteger el Páramo del Sumapaz, el más grande del mundo y fuente vital de agua para la región y para Bogotá. Aquel domingo de 2018, pese a que la Corte Constitucional había determinado días antes que las consultas populares no tendrían efectos jurídicamente vinculantes sobre la explotación minera y petrolera, la ciudadanía acudió masivamente a las urnas con un mensaje firme y esperanzador: “Agua sí, petróleo no”.
Más de 39 mil personas participaron en la jornada, alcanzando una votación histórica con el 99% de los sufragios en rechazo a cualquier actividad extractiva en el territorio. La consulta de Fusagasugá fue una de las más votadas del país y se convirtió en ejemplo de movilización social, ambiental y democrática. Ese día, la ciudad se vistió de verde y los barrios, veredas, colegios y organizaciones sociales se unieron bajo una misma causa: la defensa del agua y la vida.
La jornada, recordada hoy como el “Día de la Dignidad”, trascendió más allá del resultado electoral. Representó la voz de un pueblo que decidió pronunciarse frente a las amenazas ambientales y frente a un modelo de desarrollo que no siempre tiene en cuenta los derechos de las comunidades. Desde entonces, el Páramo del Sumapaz se consolidó como un símbolo de resistencia civil y un recordatorio del valor que tiene la participación ciudadana en la protección del territorio.
Siete años después, el eco de esa jornada sigue vivo. El proceso de delimitación del páramo continúa siendo tema de debate nacional, con nuevos retos sobre cómo equilibrar la conservación ambiental con las actividades agrícolas de las comunidades que históricamente han habitado la zona. A ello se suma la necesidad de fortalecer la educación ambiental, el turismo sostenible y las estrategias de protección hídrica que garanticen el bienestar de las generaciones futuras.
El legado de aquella consulta va mucho más allá del voto: fue una lección de conciencia colectiva, de identidad territorial y de compromiso con el planeta. Hoy, el recuerdo del “Día de la Dignidad” invita a Fusagasugá y al país entero a mantener viva la defensa del agua como un bien común, recordando que la dignidad también se defiende en las urnas y en la conciencia de cada ciudadano.
Emisora Nueva Época.
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