Gestionado por la CAR, el Embalse El Hato es un destino que entrelaza el legado histórico colonial con la educación ambiental. Este espacio abierto, a 130 km de la capital, alberga una antigua casona de más de cuatro siglos vinculada a los orígenes de la República.
La mansión con un pasado enigmático
La propiedad, otorgada al general Luis Ernesto Vélez tras la Independencia, ha sido hospedería religiosa y alojamiento de figuras políticas. Su aura de misterio atrae a curiosos, con testimonios de fenómenos extraños en la capilla y en “los calabozos”, un área que sirvió como fosa común durante epidemias y la esclavitud.
Oportunidades para un ecoturismo respetuoso
Luisa Aguirre, directiva de la CAR, resalta que El Hato es perfecto para una “inmersión reflexiva en el entorno”. Entre sus actividades figuran recorridos guiados diurnos y nocturnos, pesca tradicional, camping y alojamiento en cabañas. La biblioteca exterior “Sabores de mi Tierra” invita a la lectura bajo un cielo estrellado.
Planificación para una visita armónica
El parque abre de martes a domingo, de 8:00 a.m. a 4:00 p.m., dejando los lunes para mantenimiento y tranquilidad de la fauna. La CAR presenta este sitio como un referente de turismo sostenible, donde la valoración del patrimonio cultural va de la mano con la protección del ecosistema acuático, invitando a un recorrido consciente y respetuoso.





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