Ante el pronóstico de una fuerte temporada seca para comienzos del 2026, la CAR decretó la máxima alerta operativa. La orden exige a los alcaldes de 104 jurisdicciones —que incluyen 98 municipios de Cundinamarca, 6 de Boyacá y el área rural de la capital— poner en marcha inmediatamente sus protocolos de gestión del riesgo.
El recuerdo de una crisis reciente
Alfred Ignacio Ballesteros, director de la entidad, hizo referencia a la crítica situación de 2024, cuando Bogotá y más de una decena de municipios soportaron restricciones de agua y graves incendios forestales. “La anticipación es la única herramienta frente a la variabilidad climática”, afirmó, solicitando máxima atención de empresas y organismos de rescate.
Enfoque urgente en el control del fuego
Para evitar incendios, la Corporación exige supervisión estricta de cualquier actividad con llama al aire libre, como asados o quemas agrícolas. También pide actualizar los mapas de riesgo y reforzar las capacidades de bomberos y Defensa Civil. Respecto al agua, se instruye evaluar la capacidad de los acueductos, fomentar el ahorro mediante campañas y diseñar posibles esquemas de racionamiento preventivo.
Un llamado a la participación social
La CAR brindará apoyo técnico a las localidades, pero subraya que la prevención es una tarea conjunta con la población, que debe entender la vulnerabilidad de los ecosistemas en épocas de lluvias escasas. La meta es evitar que el próximo año comience con una nueva emergencia ambiental en la región central.





0 comentarios