Un programador argentino, Roni Bandini, se cansó del volumen excesivo de reguetón que sonaba desde el apartamento vecino… y decidió contraatacar, pero no con reclamos, sino con tecnología.
Bandini creó un dispositivo llamado “Reggaeton Be Gone”, una curiosa mezcla de hardware y software que detecta cuando está sonando reguetón y lanza una señal capaz de interferir el funcionamiento del parlante Bluetooth del vecino, todo sin contacto físico.
El sistema funciona con una pequeña computadora Raspberry Pi, equipada con un modelo de inteligencia artificial entrenado específicamente para reconocer los patrones del reguetón. Una vez lo identifica, envía un ataque masivo de señales al altavoz, generando cortes o ruidos molestos.
Aunque no daña el dispositivo, sí interrumpe la experiencia musical, causando lo que él llama: “frustración efectiva”.
Su invento, que se viralizó en redes, ha desatado todo tipo de comentarios: algunos lo ven como un héroe moderno, otros advierten posibles consecuencias legales por interferencia de dispositivos.
Más allá de la polémica, este episodio ha abierto el debate sobre el ruido, la privacidad, los límites de la convivencia y el uso civil de la inteligencia artificial.
¿Una solución brillante o un exceso digital? El volumen lo juzga usted.
Emisora Nueva Época
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