El cierre del año 2025 ha traído consigo una preocupante alerta de salud pública en Colombia. El Ministerio de Salud y Protección Social, junto al Instituto Nacional de Salud, han confirmado un incremento significativo en los casos de fiebre amarilla, instando a la ciudadanía a tomar precauciones extremas durante la temporada de vacaciones. En lo que va del año, se han reportado 118 casos confirmados y 49 personas fallecidas, lo que evidencia una alta tasa de letalidad de esta enfermedad viral transmitida por mosquitos.
La distribución geográfica del brote abarca 10 departamentos, siendo Tolima el más afectado, con un acumulado alarmante de 121 casos y 47 fallecidos desde finales de 2024. Según el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, las investigaciones indican que las personas afectadas son mayoritariamente aquellas que se han negado a recibir la vacuna o que se desplazan a zonas de alto riesgo sin la protección previa necesaria.
Entendiendo la amenaza: Síntomas y riesgos
La fiebre amarilla es una enfermedad endémica en 13 territorios de la región, incluyendo a Colombia, Brasil, Perú y Venezuela. El virus tiene un periodo de incubación de entre 3 y 6 días. Aunque muchos infectados pueden ser asintomáticos o presentar síntomas leves como fiebre, dolor de cabeza y náuseas que desaparecen en pocos días, existe una fase tóxica extremadamente peligrosa.
Si la enfermedad progresa a esta segunda etapa, los pacientes experimentan el regreso de fiebre alta y daños severos en el hígado y los riñones. Es aquí donde aparece la ictericia (coloración amarillenta de la piel y ojos), orina oscura y posibles sangrados por la nariz, boca o estómago. Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la mitad de los pacientes que entran en esta fase tóxica fallecen en un lapso de 7 a 10 días. Además, su diagnóstico es complejo, ya que en etapas iniciales puede confundirse fácilmente con malaria, dengue o Zika.
Medidas de prevención y control: La vacunación es clave
Ante la gravedad de la situación, las autoridades sanitarias han sido enfáticas en las medidas de prevención:
- Vacunación obligatoria: La vacuna debe aplicarse al menos 10 días antes de viajar a una zona de riesgo para que sea efectiva. Países vecinos como Ecuador ya han comenzado a exigir el certificado internacional de vacunación a viajeros procedentes de Colombia.
- Protección física: Uso de mosquiteros y repelentes para evitar la picadura de los mosquitos transmisores.
- Control de criaderos: Lavar y tapar depósitos de agua para eliminar los criaderos de zancudos.
El virus se transmite a través de tres ciclos: el selvático, donde los mosquitos pican a monos y luego a humanos; el intermedio, con mosquitos semi-domésticos; y el urbano, el más peligroso, que ocurre cuando personas infectadas introducen el virus en áreas densamente pobladas con alta presencia del mosquito Aedes aegypti. La falta de inmunidad en las ciudades podría desencadenar grandes epidemias si no se controla la migración de personas infectadas desde las zonas rurales.
El llamado de Minsalud es claro: la fiebre amarilla no es una enfermedad del pasado, sino una amenaza resurgente que requiere responsabilidad individual y colectiva para evitar que las vacaciones se conviertan en una tragedia nacional.





0 comentarios